Ante la disminución de los combates en algunos lugares de Siria, las autoridades libanesas han incrementado sus demandas a los refugiados para que regresen a las zonas estabilizadas sirias.

Líbano, un pequeño país de cuatro millones de habitantes, recibió a al menos un millón de refugiados de la vecina Siria, devastada por una guerra sangrienta desde 2011.

Solamente Arsal alberga a 36.000 desplazados sirios, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La mayoría de ellos proceden de localidades sirias situadas justo del otro lado de la frontera.

Unos 400 de ellos volverán a sus hogares este jueves en un primer grupo, según el jefe de la seguridad libanesa, Abas Ibrahim, que organiza los retornos.

Durante la mañana se podía ver a mujeres y niños subiendo a autobuses, tractores o automóviles en el suburbio de Wadi Hmeid, en las afueras de Arsal, antes de emprender viaje hacia la frontera de Siria.

La guerra en Siria causó más de 350.000 muertos y millones de desplazados en siete años.